Un día de agosto, un sábado, una tarde soleada, un acontecimiento, un libro, un breve discurso: Un día especial.
El sábado 5 de Agosto, el Colegio Secundario Walter Adet se convirtió en el escenario donde dimos a conocer el más grande de los logros de los talleres “Leer un viaje fantástico”: La presentación del libro “Bitácora de un viaje fantástico”
Durante la primera mitad de este año realizamos talleres de lectura y escritura con alumnos del Colegio Secundario Walter Adet, ubicado en el Bº Santa Ana de la ciudad de Salta. En estos talleres, trabajamos especialmente con literatura fantástica, apuntando a que los asistentes logren producir cuentos dentro de ese género, para luego editar un libro con esas producciones.
El trabajo y el esfuerzo conjunto se vio realizado en la tarde de aquel sábado. Presentamos el libro “Bitácora de un viaje fantástico” que fue el fruto del compromiso y del deseo de ver hecho realidad el sueño de dar a conocer nuestra obra.
El evento, podría decirse que se llevó a cabo según el “estereotipo” de acontecimientos como este: presentación de los autores, discursos de las autoridades, lectura de algunos textos, entrega de los libros a sus autores… Pero, no faltaron las sonrisas y las miradas de orgullo, los aplausos eufóricos y los emotivos discursos. Aun puedo escuchar el desenfrenado aplauso de los familiares de los autores que apagaba la voz del locutor cuando los nombraba. Aun trastocan mis oídos algunas palabras enunciadas por la directora del Colegio “si creemos en los chicos logramos cosas como estas…”, otras de la coordinadora del Plan de Lectura “hay que apostar a los jóvenes y brindarles la posibilidad de descubrir otros mundos…” y otras de una adolescente “gracias por brindarnos la posibilidad de soñar…” Aun puedo sentir ese agradable silencio que reinaba cuando algunos autores se dispusieron a leer sus obras, mientras sus seres queridos no podían evitar dejar caer una lágrima de orgullo. Aun puedo ver el rostro cargado de felicidad de los adolescentes cuando se les hizo entrega del libro, cuya autoría les pertenecía. Todo esto tuvo lugar en aquel sábado, en aquella institución, transformando aquel día en algo especial.
Después de esta breve pero emotiva presentación, nos servimos un pequeño refrigerio en el que tuvieron lugar las bromas, los recuerdos de los que fueron los talleres y los comentarios del libro.
No mucho tiempo después nos despedimos con algunos apretones de manos y besos. En el salón sólo quedamos los integrantes del Plan de Lectura, las ordenanzas y la directora de la institución. Los autores se habían retirado; pero, como decía Paula Margules, ¿Se habrán imaginado, aquel día cuando iniciamos los talleres, que se irían siendo autores de una creación literaria?
Agustin
Tripulante del Viaje Fantástico
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